Peirce rompe el dualismo cartesiano introduciendo el Interpretante. El Representamen es el signo que representa al Objeto, y está para dirigirse a alguien, en cuya mente se forma el Interpretante, el signo equivalente o más desarrollado que el signo original causa en la mente de esa persona. Los signos están para conocer el mundo. El signo es por su uso práctico. Esta triada es indisoluble. Ninguna parte significa nada. La metáfora de la realidad como El Escritorio de un ordenador. Lo que percibimos es un icono del objeto. La mente es como una especie de tv y la realidad son como ondas hertzianas. La conciencia no es más que un tv prendido. Los mundos I, II y III en Peirce no son más que aspectos ilusorios de una única realidad subyacente. Muy oriental Peirce.